SI SIENTE SUEÑO NO CONDUZCA

Si bien son muchas las causas de los accidentes de tránsito, hemos puesto interés en las más importantes es decir velocidad y alcohol, pero también debemos prestar atención que cuando se conduce con sueño, puede ser tan peligroso y fatal como conducir alcoholizado.
Cuando una persona conduce, sentir sueño es peligroso. Ello indica que se encuentra lentificado el tiempo de reacción, que la atención ha decrecido y que se encuentra alterada la capacidad de juzgamiento de las situaciones; algo parecido a lo que pasa con el alcohol, es decir sentir sueño contribuye a producir un accidente.
Esto nos ocurre a todos: chicos y grandes, jóvenes y adultos. Aunque hay que tener presente que con el aumento de la edad también se combinan otros factores.
Es muy común escuchar a los adolescentes, fanáticos de la noche, que ellos no necesitan dormir tanto y comentar, casi con orgullo, que habitualmente se duermen de madrugada y con “cuatro o cinco” horas de sueño andan de “diez”.
Esto ocurre porque el cuerpo de un joven puede aguantar un poco más la privación de sueño, como puede soportar un ritmo de trabajo más intenso por un tiempo, que resentiría al cuerpo de una persona adulta. Pero hay que tener cuidado con esto, porque los que duermen poco están forzando la máquina, y privándola de energía, y en algún momento va a fallar. Lo grave sería que esta falla ocurra estando al volante de un vehículo, a la vuelta de una divertida noche. Y desgraciadamente ocurre con mucha frecuencia.
Por otro lado, los adultos argumentan que ellos pueden conducir de noche igual o mejor que de día, invocando una serie de razones, ignorando el grave riesgo que implica desafiar a su propio ritmo biológico, a su organismo, al forzarlo a estar alerta en las horas habituales de reposo para él, sin mencionar los demás factores de riesgo como límites de visión, encandilamientos, y la fatiga acumulada después de un largo día de trabajo, etc.
A menudo se piensa que un café, por ejemplo después de una cena o cuando se pasaron varias horas al volante, puede despejarnos y habilitarnos para conducir, sin embargo los estimulantes no sustituyen al sueño. Las bebidas que contienen cafeína pueden mantenernos un poco más despiertos por un rato, pero no le devuelven al organismo su capacidad plena de funcionamiento. En consecuencia pueden suceder los episodios de “sueño corto” o estados de adormecimiento que pueden durar cuatro o cinco segundos, lo que medido en los metros que se recorren andando, son demasiados para circular dormido.
Carlos L. Ubaldi

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